El académico Miqueas Espinoza M., de la Escuela de Odontología, fue uno de los ganadores del concurso Factoría Prototipa en 2021.

El concurso, que se encuentra abierto actualmente, le permitió desarrollar un dispositivo, que se instala en la maquina odontológica, y permite la eliminación de una parte de los gérmenes que son expulsados de la boca, cuando es utilizada en los pacientes.

A continuación, el académico se refiere a las motivaciones, dificultades y desafíos que enfrentó durante el proceso de desarrollo de su proyecto.

¿Dónde nace el interés por innovar?

Me gusta innovar y crear cosas.

Yo ya tengo dos experiencias en el tema de las patentes de invención, que realicé como se hacía antiguamente, en que había que acudir presencialmente a una oficina, donde a uno le entregaban manuales que había que leerlos completos, preparar muchos documentos, incluyendo las famosas reivindicaciones, que involucraba anotar todas las características  del proyecto a mano.

En ese momento no teníamos el apoyo que tenemos ahora, resultaba difícil completar los documentos, que también incluían dibujos. Quizás por eso, esas patentes no tuvieron el impacto que imaginamos.

La primera iniciativa consistió en una membrana biológica confeccionada de politetrafluoretileno, desarrollada a partir de la cinta de sellado Teflón™, de la empresa Du Pont. La segunda fue una modificación del instrumento para obtener muestras de hueso. No pudimos transferir ninguno de los dos, porque no hicimos el proceso que estamos haciendo ahora.

De las dos iniciativas, una prosperó. Es así como se obtuvo la patente de la membrana y se creó el producto, incluso se compartieron algunas unidades a colegas de Argentina y Brasil, que conocían el proyecto. Esta innovación era más versátil en presentación y más económica, que la versión existente en el mercado. Sin embargo, la tecnología avanzó y las membranas quedaron en desuso porque apareció algo mejor, pero durante 4 o 5 años, esta invención funcionó bien.

En esa época no tuvimos ayuda para modelar el negocio. Nos hizo falta orientación, mayor acompañamiento.

Siento que es distinto ahora, porque estoy siendo asesorados en el proceso. Me doy cuenta de todo lo que nos faltó y los errores que cometimos.

¿Cuál es la problemática que resuelve el ozonizador?

El proyecto busca solucionar un problema relacionado a la bioseguridad odontológica. Este concepto corresponde a todas aquellas medidas destinadas a salvaguardar la salud, tanto del paciente, como del odontólogo y del personal auxiliar. Lo anterior se traduce en normas, reglamentos, infraestructura y un conjunto de elementos destinados a proteger al paciente y al equipo de salud, de infecciones provenientes de los microrganismos presentes en la cavidad bucal del enfermo, como también del ambiente físico en que se desarrolla la actividad clínica.

Es indispensable evitar que los microorganismos “transiten” de un paciente a otro, al odontólogo, al ambiente o al personal; es decir el control de infecciones a través de medidas preventivas realizadas antes, durante y después de la actividad clínica.  Para eso utilizamos instrumental especial y material desechable, como las mascarillas, gorros, guantes que son barreras físicas, pero también sistema de aspiración, barreras mecánicas y químicas. Esto se conoce con la sigla B.E.D.A. (Barreras, Esterilización, Desinfección y Asepsia).

Entonces uno de los grandes desafíos presentes en el área de la atención odontológica, es el manejo de la bioseguridad.

En las charlas que Factoría realizó durante el año pasado, aprendí que estas dificultades se llaman “dolores”, o sea es algo que hace falta subsanar.

¿Cómo se hace cargo de este dolor el ozonizador?

El ozonizador viene a solucionar puntualmente el manejo de la contaminación dental producida por el aerosol que se genera al utilizar la máquina de corte rotatorio, con la cual trabajamos en la mayoría de los pacientes.

Se han hecho estudios sobre la distancia que puede alcanzar este aerosol, distribuyéndose por áreas extensas y dejando todo contaminado; de ahí la importancia, por ejemplo, de contar con barreras físicas que limiten esta propagación.

Con la llegada de la Pandemia COVID -19 la situación se volvió crítica, porque el virus se transmite por gotas de saliva, entonces a los dentistas se nos prohibió trabajar como antes, sólo podíamos atender situaciones de emergencias y urgencias, extremando las medidas de bioseguridad que siempre hemos utilizado e incorporando otras.  Paralelamente, en los programas de la televisión se hacía énfasis en la contaminación que se producía en la atención odontológica; muchos pacientes pospusieron su control y tratamientos. Fue un período en que se hizo más difícil poder trabajar y se puso en evidencia nuevamente el tema de la bioseguridad en la atención odontológica.

¿Cómo funciona?

Tal como su nombre lo dice, el ozonizador funciona en base al gas ozono, este gas es una molécula con tres átomos de oxígeno que atraviesa la membrana celular de los microorganismos y los destruye, este es el principio que guía el proyecto.

El ozono es un componente desinfectante muy conocido que se utiliza en los hospitales, los laboratorios, los casinos, en la desinfección de las verduras, entre otros.

Tuve que realizar varias pruebas para comprobar la capacidad y efectividad de mi idea, considerando las condiciones de uso del componente. Con los resultados en mano inicié el diseño del dispositivo.

¿Qué desafíos tuvo que sortear durante el proceso?

En el ámbito de salud se requieren realizar estudios estadísticos para comprobar una hipótesis planteada, en mi caso como se trata de una innovación, yo recurrí a estadística en muestra pequeña, vale decir, en menos de 30 individuos.

Las muestras pequeñas permiten obtener una validación estadística de los datos obtenidos. Factoría me recomendó que fuese asesorado por una empresa externa dedicada a realizar estudios de este tipo, fueron ellos quienes finalmente validaron los resultados del ozonizador.

Ahora lo que sigue, es comprobar el funcionamiento del dispositivo en una muestra estadística grande. Con esa validación, entiendo que podría ser aplicado industrialmente y transformarse en un producto.

¿Cómo ha sido el proceso para la fabricación del producto?

El proyecto lo estoy haciendo sólo. Es más, el primer prototipo lo hice con la tecnología con que disponía en ese momento. Pero me encontré con la dificultad que en el país no hay nadie, actualmente, que fabrique instrumentos que produzcan ozono. Lo que existe, son empresas que importan los componentes y aquí se hace el montaje y la venta.

Entonces conocí a un ingeniero que me explicó cómo funcionan estos instrumentos. Se necesita armar un arco eléctrico, montado en una superficie especial.  Tuve que seguir investigando para entender bien que más necesitaba para continuar con mi idea y crear mi primer reactor.

Los reactores industriales disponibles son grandes, tienen un largo de 12 centímetros. Yo necesitaba uno más pequeño para que el dispositivo que proyectaba pudiese ser instalado en la maquina con la que trabajamos, por eso tuve que prototipar un segundo modelo.

Esta versión todavía está sujeta a pruebas, se debe comprobar su rendimiento, diseñar y realizar un estudio estadístico en una muestra poblacional grande, analizar los resultados y proyectar su utilidad.

Ahora voy en el tercer prototipo, la maqueta está modelada en cartón piedra. Lo voy a fabricar en 3D. Esta versión es aún más pequeña que la anterior y tiene la característica que es un plugin, o sea que es llegar y conectar. La segunda versión me tiene conforme, pero la tercera yo creo que será la definitiva.

Tiene la cualidad que puede ser conectada a cualquier modelo de máquina de odontología en uso, eventualmente podría adaptarse a herramientas o instrumentos que se utilizan en otras áreas de la salud, donde el problema del aerosol contaminante esté presente.

¿Qué apoyo has recibido durante el proceso?

Factoría ha sido de gran ayuda, porque me ha orientado en el proceso y acompañado en cada una de las etapas. Conocer la metodología del proceso de innovación me permite tener claridad sobre el camino que debo recorrer para alcanzar mi objetivo.

En ese sentido las charlas y las asesorías en áreas de gestión de proyectos y jurídica me han sido de gran ayuda.

¿Qué esperas del proyecto en el futuro?

Si con los nuevos estudios del último prototipo, más la aplicación en una muestra poblacional grande; podemos validar estadísticamente el resultado del dispositivo, lograríamos resolver uno de los principales problemas que enfrentamos en esta profesión.

Si tú te das cuenta, hoy día todas las barreras son físicas o químicas, son múltiples y de diferente tipo, pero sigue habiendo contaminación.

El ozonizador viene a complementar, es lo que falta, porque logra neutralizar las partículas que se generan durante la atención al paciente. Atacaremos directamente al agente de riesgo.

Yo con esto deseo favorecer a toda la profesión, porque se reducirían los contagios por el aerosol dental. Implica un beneficio para toda la comunidad, sacar el proyecto del espacio universitario, que pueda ser utilizado en el ámbito profesional, masificarlo y generar un vínculo con alguna empresa que me apoye con la comercialización.